Autor para correspondencia

MVZ. Ana L. Oregon

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Los parásitos internos o endoparásitos son un problema serio y universal que puede afectar a cualquier animal de compañía. Desde los gusanos que se adhieren a la pared intestinal de nuestras mascotas y succionan sus nutrientes hasta los protozoarios microscópicos causantes de diarreas severas, los parásitos internos son alimañas asquerosas aun para los médicos veterinarios. Por esta razón consideramos que la práctica de la desparasitación preventiva es parte esencial del cuidado y bienestar de nuestros pacientes. No es exagerado asegurar la presencia de parásitos en el 90% al 100% de los suelos de parques y jardines donde pasean y juegan tanto niños como perros y que uno de cada cinco perros con dueño es huésped de alguna especie de endoparásito. La desparasitación de perros y gatos también es fundamental para el cuidado de la salud familiar ya que algunas especies de estos organismos son transmisibles al humano, debido al contacto diario de la mascota con la familia, y sobre todo con los niños. Las manifestaciones de estas enfermedades zoonóticas varían con el agente causal, pero incluyen trastornos visuales, dermatológicos, respiratorios y entéricos.

Algunos animales no muestran ningún signo externo de infección, pero las lesiones que producen estos parásitos pueden causar desde trastornos leves a enfermedades graves y mortales. El peligro es mayor cuando se trata de cachorros, ya que estos son más susceptibles a sufrir complicaciones en cualquier tipo de infección.

Los signos más comunes que nos pueden indicar una parasitosis en una mascota son: adelgazamiento, tristeza, abatimiento, pelo reseco, erizado y opaco, apetito voraz (a veces inapetencia), colitis y, en ocasiones, eccema húmedo en la piel. Al notar cualquiera de estos signos, lo ideal es una visita al médico veterinario o llevar una muestra de heces para realizar un análisis coproparasitoscópico, durante tres días consecutivos, y así detectar la presencia o no de formas larvarias, huevecillos o quistes de parásitos. Con esta información el médico veterinario podrá indicar un protocolo de desparasitación adecuado.

Cualquier médico veterinario dirá que la desparasitación profiláctica de una mascota es indispensable al menos 3 veces al año y esto es muy cierto, solo que a veces no explicamos a detalle de qué se trata esta desparasitación y qué es lo que se debe esperar de esta. Por eso podemos escuchar en el consultorio frases como “¿Por qué mi perro tiene gusanos si lo desparasité hace un mes?”. En otras ocasiones el dueño se puede preguntar porqué necesita ir con un médico veterinario, si al final “solo te venden una pastilla”.

La realidad es que una desparasitación profiláctica es una práctica de ciencia, al igual que la vacunación, y es parte de un protocolo de medicina preventiva que el médico veterinario debe de planear conforme a las necesidades individuales del paciente. Esta desparasitación no evita que la mascota se infeste con parásitos, sino que ataca a las especies que más la afectan y así evita una infestación más severa o la presentación de signos clínicos. Es muy diferente a la desparasitación externa que sí se trata de un método preventivo, repele a las pulgas y a las garrapatas para que no muerdan a la mascota, y si la llegan a picar, dicho tratamiento elimina las pulgas y las garrapatas antes de que le puedan transmitir alguna enfermedad.

Cuando se lleva a una mascota al médico veterinario para una desparasitación, se llevan a cabo los siguientes pasos:

1. Anamnesis: valorar el riesgo de infestación y posible etiología.

2. Examen físico: detectar signos clínicos y/o enfermedades subyacentes.

3. Análisis coproparasitoscópico para:

• Diagnóstico de parasitosis sintomáticas, asintomáticas.
• Diagnostico diferencial con otras patologías digestivas.
• Tratamiento específico basado en hallazgos.
• Valorar respuesta al tratamiento.

4. Por último, elige el fármaco y la frecuencia de administración adecuada. Según el riesgo de exposición o el programa de salud de la mascota.

Protocolos de desparasitación:

Las mascotas con dueño son expuestas al poliparasitismo, siendo Ancylostoma canium, Taenia spp., Dipylidium canium, Giardia duodenalis y coccidias los parásitos más representativos. Por lo tanto, los protocolos preventivos deben de incluir un producto que ofrezca protección contra nematodos y cestodos, así como contra protozoarios.

Realmente no puede haber un enfoque de "un programa de desparasitación para todos" que aborde adecuadamente los riesgos que enfrentan todas las mascotas (y personas) en cualquier región. El enfoque lógico es adaptar la estrategia de desparasitación al animal, según su riesgo de exposición y el de su familia. Independientemente del enfoque elegido, las pruebas de heces o análisis coproparasitoscópicos regulares son una buena (y poco utilizada) forma de evaluar lo que está sucediendo con en la mascota e identificar el fracaso del tratamiento o la aparición de resistencia a los medicamentos.

1. Beil, L. (2018). The Parasite on the Playground. New York Times, 30-32.

2. Blagburn, B. L., & Mount, J. D. (2017). Parasitic Therapy. En S. J. Ettinger, E. C. Feldman, & E. Côté, Texbook of Veterinary Internal Medicine (págs. 1778-1789). St. Louis : Elsevier.

3. Companion Animal Parasite Council. (1 de Enero de 2020). Old challenges, new guidelines. Obtenido de https://capcvet.org/articles/o...

4. Consejo Europeo para el Control de las Parasitosis de los Animales de Compañia. (1 de Julio de 2017). Guía 1: Control de helmintos en perros y gatos. Obtenido de https://www.esccap.org/uploads...

5. Duncan, K. (1 de Mayo de 2020). Dog parks: Where pets, people, and parasites collide. Obtenido de American Animal Hospital Association: https://www.aaha.org/publicati...